Estamos ingresando a una posible etapa de ascenso de la lucha social. Es factible que la propia dinámica saque a flote las divergencias existentes sobre los desarrollos y alcances de la misma. Pero es imperativo trabajar en este crucial momento político por la búsqueda de los máximos niveles de organización y unidad de nuestro pueblo. En este contexto el régimen juega a dividir las fuerzas sociales a través de una estrategia política de conciliación y cooptación
En este contexto el movimiento estudiantil transita por un proceso de auge de sus luchas. No obstante no se puede perder de vista el carácter específico de la misma en relación con las demás sectores en pugna con la política del establecimiento. El proyecto de ley para la educación superior, por su esencia neoliberal, pone sobre la mesa todas las cartas que el régimen de Santos se va a jugar en esta coyuntura. Ante el creciente malestar en la comunidad universitaria, el gobierno cada vez recurre con mayor decisión a mecanismos represivos como la militarización de los campus universitarios, la judicialización de los líderes de la protesta y el tratamiento policíaco a las masivas movilizaciones en curso.
Esta situación deja en claro que por ahora no existen las condiciones para llegar a un acuerdo de fondo entre el gobierno y la sociedad sobre el tipo de reforma universitaria que hay que sacar adelante. De ahí que el gobierno recurra a la desinformación y la mentira para dividir el movimiento estudiantil, al desprestigio mediático verbigracia de la beligerancia de algunas acciones callejeras y apela al desgaste que trae consigo la finalización del semestre académico. La respuesta por parte del estudiantado no puede ser otra que profundizar las acciones de movilización, mantener los paros donde ya son efectivos y hacer todos los esfuerzos para que otras universidades se sumen a la parálisis universitaria.
De otra parte, es importante contar con un balance real de las fuerzas del paro en las universidades públicas, dado los desgastes que traen varias de ellas y los escasos niveles de convocatoria y organización en otras. Este balance debe permitir medir las fuerzas y el nivel de las alianzas con otros sectores universitarios y sociales.
Esta preocupación plantea varios interrogantes tácticos que debemos tratar de resolver colectivamente de cara a la perspectiva del Paro Universitario. ¿Cuáles son las condiciones que se requieren garantizar para el cumplimiento de los objetivos de movimiento?
La postura de la ACEU
Partimos de la base que la crisis de la educación superior requiere salidas de fondo y que éstas no vendrán del actual gobierno. Pero también defendemos la premisa de que el movimiento estudiantil no puede caer en posturas exclusivamente contestatarias y que su deber es plantear alternativas al problema que se está enfrentando. Si bien existe la decisión unitaria de construir un Proyecto Alternativo y Democrático de Reforma Universitaria, ésta sigue siendo aún una tarea por concretar en el mediano plazo, dado que por su naturaleza deberá ser construido desde escenarios multiestamentarios.
A corto plazo, al margen de los debates tácticos, consideramos que a nivel general se debe mantener como consigna central, la exigencia del retiro del proyecto de ley presentado por el gobierno. Ahora bien desde el punto de vista concreto, insistimos en la necesidad de la definición de un Pliego Nacional Estudiantil que incluya, pero que vaya más allá del rechazo al proyecto de ley, y que permita colocar unos puntos concretos que puedan ponerse en el debate con el gobierno, a partir del actual acumulado de fuerzas del movimiento estudiantil, respaldando el programa mínimo como propuesta central de la MANE.
La experiencia de la MANE es fundamental para lograr la articulación de las problemáticas locales y sus demandas específicas, con los contenidos más generales que plantea la lucha nacional. La necesidad de unificar el conjunto de las luchas estudiantiles es lo que permite que la MANE pueda ser el referente de coordinación del movimiento estudiantil en el momento actual. Ahora bien ¿cómo elevar, en las actuales circunstancias, la conciencia política de las masivas manifestaciones de inconformidad y protesta? ¿Cuál debe ser el papel de las organizaciones nacionales en la construcción local del proyecto gremial de los estudiantes universitarios? ¿Cómo tramitar adecuadamente las divergencias entre los distintos sectores estudiantiles presentes en la lucha? De acuerdo a los actuales desarrollos, ¿Cuál es la perspectiva de la unidad del movimiento estudiantil colombiano?
Sin pretender responder cabalmente estos interrogantes insistimos en algunas ideas centrales.
1. Partimos de la base, que el estudiantado no podrá tener éxito en su lucha sino logra vincular el conjunto de la sociedad a la misma. El primer paso debe ser retomar la conducción triestamentaria del movimiento universitario.
2. La premisa para una educación de la conciencia de las masas, es entender que éstas aprenden a partir de su propia experiencia política. De ahí que el estudiantado sólo tome conciencia de su fuerza en la medida en que lucha y logra unirse a lo largo de este proceso.
3. En consecuencia, el papel de las organizaciones estudiantiles es el de servir como medio para lograr este tránsito en la conciencia de la mayoría del estudiantado, que en épocas de calma permanece pasivo y apático, pero que se manifiesta con fuerza en los periodos turbulentos. La unidad de las organizaciones debe trascender las meras acciones y retomar los debates que permitan avanzar hacia la unidad organizativa y programática.
4. Las naturales divergencias del movimiento estudiantil deben tramitarse de cara al estudiantado por medios públicos y democráticos. Se debe poner el acento en el respeto a la diferencia y en la búsqueda de coincidencias sobre los aspectos fundamentales de la lucha estudiantil.
Finalmente, presentamos como aporte a la discusión la siguiente propuesta de exigencias centrales para construir un Pliego Nacional, de forma tal que se pueda unificar a partir del debate en las mesas y la plenaria de la MANE:
1. Garantías políticas y civiles para desarrollar el derecho a la protesta, la movilización y organización de los estudiantes en todos los espacios del territorio nacional, como premisa para entablar diálogos conducentes a la solución democrática del conflicto.
2. Que se retire la propuesta de Reforma a la Ley 30 en el Congreso, y que se construya una metodología vinculante, decisoria y democrática en la cual los estamentos (Estudiantes, Profesores, Trabajadores, entre otros) de todas las Universidades del país, generen como producto una Nueva Ley de Educación Superior.
3. Incrementar la base presupuestal de las Universidades Públicas del país en un 9% por encima del IPC para la vigencia 2012. Suspensión inmediata de los procesos judiciales y cobros jurídicos generados por concepto de créditos educativos del ICETEX y condonación del 100% de estas deudas.
4. Aumento de los recursos que destinen las Universidades para programas de Bienestar, así como la definición explícita de los programas a los cuales se destinarán estos recursos: Alimentación, Salud, Vivienda. Creación de Tarifa diferencial en el Transporte Público subsidiados por el Estado para los estudiantes. Congelación de matrículas en todas las universidades del país. Ampliación de la planta docente promoviendo la contratación directa de profesores universitarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario