La política nacional de la “prosperidad” y de la “unión nacional” del presidente Juan Manuel Santos Calderón, va en contravía de los intereses nacionales y populares y a favor de las multinacionales y transnacionales. El plan nacional de desarrollo está concebido en esa dinámica por cuanto el presidente de la república representa estos intereses económicos, sociales y políticos. En noviembre de 2010, el mandatario sanciona el decreto rebajando los aranceles del 15 al 5 por ciento, lo cual tiene al borde de la quiebra la industria textilera y de confecciones nacionales, pues, la competencia es cada vez más agresiva y violenta.
Al amparo de los decretos de emergencia se anuncia la privatización de los ríos Cauca y Magdalena, la venta del 10 por ciento de las acciones de Ecopetrol, aumento del impuesto predial hasta del 700 por ciento, más del 45 por ciento del trabajo hoy en Colombia pertenece a la informalidad, Ibagué sigue con el 19.5 por ciento de desempleo, aumenta la militarización y paramilitarización, lo mismo la corrupción, la mentira y la desinformación.
En síntesis, el señor Santos y su patota meten el acelerador al modelo neoliberal, modelo que beneficia a unos pocos en detrimento del pueblo colombiano. Sus famosas locomotoras, no son más que propuestas para los grandes en detrimento de las masas populares. El Federico Lleras Acosta, el hospital regional más importante del Tolima, atraviesa crítica situación porque las EPS no cancelan oportunamente y en la actualidad le adeudan más de 60 mil millones de pesos. La universidad del Tolima, resiste el embate de la privatización con muchas dificultades y limitaciones. El gobernador militarista y de extrema derecha, cada vez le entrega más y más poder a las fuerzas militares y al tenebroso plan de “consolidación”, plan de guerra, de muerte, plan de terror y paramilitarismo.
Se intensifica dramáticamente el asesinato en todo el territorio departamental y nacional por supuesto, con el cuento despectivo de “limpieza social”. Al decir de la comunidad chaparraluna, al sur del Tolima, solo una noche se presentaron nueve ajusticiamientos en medio de la cruda militarización. Por su parte, en la ciudad de Ibagué, en los barrios marginales como El Salado, La Gaviota, se viene distribuyendo panfletos anunciando “limpieza social”, justo cuando se desarrolla la campaña electoral, dificultando seriamente la presencia de la verdadera oposición al régimen en cabeza del Polo Democrático Alternativo y el PCC.
Nadie se puede sentir excluido de la gravísima situación socio económica que genera el sistema capitalista y sus políticas antipopulares, nadie esta exento de la violencia que vive el país, el terrorismo de Estado y la inhumana explotación del hombre por el hombre, en esas condiciones concretas hay mil razones para salir a protestar con dignidad y decisión el 7 de abril.
La marcha en Ibagué comenzará a las nueve de la mañana en la Universidad del Tolima de alli se partira a las instalaciones del sindicato de maestros del Tolima, SIMATOL, subiendo por la quinta, cruzará la calle 15 y ascendiendo por la tercera arribará a la plaza Simón Bolívar. Ni usted ni yo, podemos decir eso no es conmigo. Si pudo el pueblo venezolano, ecuatoriano, boliviano, brasileño, uruguayo, paraguayo, nicaragüense, ¿Por qué no lo podemos hacer los colombianos? Dejemos a un lado la sumisión, el pesimismo y el conformismo. Asumamos una posición digna, unitaria y consecuente, quizás no pensando en nosotros sino en nuestros hijos.
Recuerde: Los tiranos son efímeros, los pueblos eternos. Todos y todas a la calle el 7 de abril.
Nelson Lombana Silva.- Semanario Voz
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