De los 34 páramos que hay en Colombia, 22 están en grave riesgo. Defensor del Pueblo se opone a entrega de la licencia ambiental a la multinacional Greystar en Santurbán, Santander.
Colombia cuenta con el 49% de los páramos del mundo, es decir, 1’932.987 hectáreas en total y a pesar de que el Código Minero, la Constitución y una sentencia de la Corte Constitucional son claros en ordenar la protección especial a estos ecosistemas, ya 108.972 hectáreas han sido concesionadas para la exploración y explotación a través de 391 títulos mineros.
La Defensoría del Pueblo realizó un detallado diagnóstico de la situación y determinó que 22 páramos se encuentran en alto riesgo de desaparecer como consecuencia de los efectos de la minería.
Los hallazgos de oro y carbón en estas zonas han incentivado la masiva llegada de compañías mineras, lo que implica una seria amenaza para los ecosistemas que surten el 70% del agua que consume el país.
Rabanal y río Bogotá
En la zona del altiplano cundiboyacense, entre Samacá y Lenguazaque, existe uno de estos páramos que están en riesgo por los 17 títulos mineros. Allí, la explotación ha afectado a 11 localidades contaminando sus suelos y sus aguas subterráneas. Precisamente, la advertencia era no entregar la licencia ambiental debido a que es una zona de protección hídrica; sin embargo, en éste ya hubo una sanción a la empresa Acerías Paz del Río.
Pisba
Situado entre Boyacá y Casanare, es un complejo que integra a 11 municipios en una extensión de 81.481 hectáreas. Allí se han concedido 88 títulos mineros y el impacto más evidente es el daño a la zona de amortiguación del páramo de Pisba, que nutre al río Cravo Norte. En esta región se ordenó el cierre de seis actividades mineras de explotación de carbón en dos municipios.
Santurbán
En los límites entre Santander y Norte de Santander se levanta una de las zonas de páramo más ricas de Colombia. Ahí se detectó uno de los yacimientos de oro más grandes de América del Sur, por lo que han llegado un sinnúmero de importantes multinacionales en busca de explotar el precioso mineral, sin tener en cuenta que en este páramo nace el agua que alimenta el área metropolitana de Bucaramanga y muchos municipios de Norte de Santander.
A pesar de que la Greystar, una multinacional canadiense, ha insistido en la solicitud de la licencia ambiental para el proyecto “Angosturas”, la Defensoría del Pueblo anunció que se suma a las voces que se han opuesto a que este páramo sea concesionado y concluyó en el informe que podrían ser vulnerados, además del ordenamiento jurídico interno, los tratados internacionales de derechos humanos relacionados con el manejo y el aprovechamiento de los recursos naturales, del derecho al agua, del ambiente sano y de la seguridad alimentaria.
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