Por: Rodrigo
Profesor UIS
Hoy se nos plantea “la solución única” para acabar con la violencia en el campus de la Universidad. Un plan de Choque. Y no es extraño que luego de una asonada que estaba anunciada, que todo el mundo sabía que podía suceder, se planteen estos planes de choque. Son las casualidades de la vida. Es el consabido encuentro de dos puntos extremos que se unen sin querer queriendo para seguir con el círculo interminable de la violencia que nos quieren imponer. Nos llevan a los lugares comunes del odio mutuo justificado por las pasiones de siempre.
Pero la solución única parece más un combo de Mc Donalds que cualquier otra cosa. Incluirá probablemente video cámaras, policías a la entrada de la universidad, ESMAD permanente en cercanías del campus y nada menos que recompensas por delación de extremistas de “izquierda” y autores intelectuales de las protestas violentas a 50 millones de pesos, y quien sabe que cosa más. De paso, la solución única, ha agitado los sueños militaristas. Pero nadie se da cuenta, ni tampoco expresa, que las directivas no han sido capaces de dar una mínima gobernabilidad en los últimos 5 años en que han ejercido el “gobierno” universitario. Soy escéptico. Pero es decepcionante que el estudiante, el profesor y el administrativo, en una universidad, que se supone es un territorio de paz y conocimiento, de la argumentación racional, del debate, de la libertad de expresión, se pretenda imponer con las acciones de la mirada inquisidora de un policía, la violación de la intimidad de una videocámara, la requisa a destajo y sin distingos, la delación con recompensas, y quien sabe que más. Esto no es USA, ni Canadá ni nada que se parezca a un país desarrollado. Las condiciones sociales de este país son deplorables. Acá los estudiantes son pobres y son producto del país más desigual de Latinoamérica. Acá la policía ha violado y sigue violando los derechos humanos de los colombianos. No es propaganda. Son hechos. Acá tenemos regularmente casos de maltrato de la policía, de unos que atropellan a ciudadanos de a pie en estado de ebriedad, que se han quedado con la carga de los narcotraficantes, que han violado a niñas en los CAI, que han colaborado con la delincuencia organizada, que han hecho seguimientos y grabaciones ilegales, y un gran etcétera..